Al pie de la cumbre de Sanare, estado Lara, cada 28 de diciembre se celebra la fiesta religiosa folklórica Los Zaragozas. Esta pintoresca festividad se remonta a los tiempos de Herodes I El Grande quien ordenó ejecutar a todos los niños de Belén menores de dos años.
Recordando aquel asesinato colectivo de niños, en la fallida intención de eliminar al Niño-Dios, la Iglesia conmemora el Día de los Santos Inocentes. Es así como los sanareños se visten con mascaras y trajes multicolores en representación de la locura de las madres que perdieron a sus hijos en aquel momento.
Desde tempranas horas de la madrugada bailan al ritmo del Tamunangue, típico de la región larense. Con más de 200 años de tradición, las personas se disfrazan y esperan el Rompimiento de los Zaragozas, acto para dar inicio formal a los recorridos por las calles.
Esta tradición popular impregnada de magia, religión, cantos y bailes recorre el Jardín de Lara, como también se le conoce a Sanare, cada año con la creencia de que sólo ocultando su identidad y bailando durante todo el día podrán hacer realidad sus promesas.
Conformada por una cofradía encargada de la organización de la fiesta, esta hermosa costumbre, es encabezada por un Capitán Mayor, quien después de cinco generaciones de capitanes, es el señor Berbabé Alvarado. Además, Alvarado fundó la Escuela de la Zaragoza, donde entrena anualmente a los niños que reemplazarán a la vieja generación.
Así como en esta población festejan con fervor este día, se pueden apreciar en otras localidades como en Guárico, los estados Mérida, Trujillo y Portuguesa con la Fiesta de los Locos y Locaínas; los estados Miranda y Carabobo lo conmemoran con los bandos y parrandas de los Santos Inocentes.
¡La festividad de Los Zaragozas rumbo a la declaración de Patrimonio Inmaterial por la Unesco!
(Nota de Prensa)
