El vicepresidente renunciante de Bolivia, Álvaro García Linera, aseveró este sábado que los responsables de ejecutar el golpe de Estado en su nación y que obligó al líder indígena Evo Morales a renunciar a su cargo el pasado domingo 10 de noviembre, serán juzgados por delitos de lesa humanidad.
Durante una entrevista en el programa Cruce de Palabras, transmitido por Telesur, García Linera señaló que no importa cuánto tiempo pase, porque los golpistas serán condenados por la masacre contra el pueblo boliviano.
«Tanto Carlos Mesa, como el señor Camacho, la señora Añez, el mando policial y el mando militar se han bañado en sangre de bolivianos, son responsables y les digo que han cometido un delito de lesa humanidad. En un mes o en cinco años van a tener que responder por delitos de lesa humanidad. Han masacrado, han disparado a matar, bañando con sangre las protestas de campesinos que piden democracia y que se respete el voto», recalcó.
Asimismo, indicó que hace cinco días fueron reveladas unas conversaciones entre funcionarios del Gobierno de Estados Unidos (EEUU) y personas civiles de Bolivia, para acordar una trama con el objeto de consumar el golpe de Estado para «sacar del Gobierno a Evo Morales».
Agregó que la Organización de Estados Americanos (OEA) solo ha avalado y legitimado los hechos. «Sabemos quien paga los boletos, los paga el Gobierno del Norte», dijo.
Explicó que desde hace cinco días cuando iniciaron las protestas de ciudadanos exigiendo el regreso de un Estado democrático, han sido asesinados 18 personas de las cuales 9 fallecieron este viernes en los actos violentos de Cochabamba. Hasta este sábado se contabilizan 110 heridos de bala y 600 detenidos entre ellos, la clase campesina y obrera.
Dictadura racista
García Linera calificó la situación política actual de la nación suramericana como una dictadura racista que se encarga de buscar en los ciudadanos cualquier indicio de rasgos indígenas para asesinarlos y terminar con todo lo que represente la identidad boliviana.
«Estamos ante una dictadura sangrienta, con una presidenta (Jeanine Añez) que va a seguir matando indios para imponer su capricho de golpe de Estado, donde circula dinero para sobornar militares», dijo.
Resaltó que el objetivo era darle un golpe de Estado a la democracia, a la igualdad en derechos, donde no cuentan los apellidos, ni clases sociales, por lo que se armaron grupos paramilitares de 500 personas que radicalizarían la frustración de la clase media tradicional de años anteriores, que se vieron igualados con la actual clase media liderada por indígenas y no lo soportaron.
«Esta clase media que por apellido creía que les correspondían beneficios (…) radicalizaron su odio, abandonando su cara democrática y han abrazado los rasgos fascistas y han escupido la Wiphala como bandera», aseveró.
García considera que todo puede resolverse mediante una mesa de negociación que esté liderada por Evo Morales, sus ministros y los presidentes de ambas Cámaras, para «dar una salida constitucional y legal».
El pasado domingo 10 de noviembre, Morales fue obligado a renunciar por un grupo de policías y militares golpistas, que lo presionaron con el pretexto de evitar un baño de sangre, tras la ola de violencia desatada por la derecha boliviana, encabezada por Carlos Mesa y Luis Fernando Camacho, con el fin de derrocarlo.
Sin embargo, los bolivianos tomaron las calles para manifestar su apoyo al mandatario renunciante, que acabaron en severas represiones.
Las acciones sangrientas lideradas por la Policía Nacional, se recrudecieron la noche del viernes en Cochabamba, donde se registró un saldo de nueve personas asesinadas por armas de fuego, y que parecen seguir elevándose desde que se impuso el gobierno de facto, encabezado por la autoproclamada Jeanine Añez.
(AVN)