Este 7 de octubre tuvo lugar el primero de los debates correspondientes a la moción de censura que promoviera el Congreso colombiano en contra del ministro de Defensa de Iván Duque, Carlos Holmes Trujillo, por presuntamente incumplir con el dictamen de la Corte Suprema de Justicia, que le ordenaba al funcionario pedir perdón por la actuación de los Escuadrones Móviles Antidisturbios de la Policía Nacional (ESMAD) durante las protestas antigubernamentales que sacudieron al país en noviembre de 2019.
En la discusión del punto en la Cámara de Representantes, diversos congresistas realizaron graves acusaciones y señalamientos sobre la política adelantada por Holmes Trujillo y el Gobierno de Duque, que pasaron por la calificación de «régimen autoritario» y duros reclamos por el «regreso» de las masacres a Colombia, hasta serias acusaciones sobre la permanente violación a lo establecido en la Constitución y otras leyes de la República.
El funcionario acudió al parlamento, «acompañado de la cúpula de la Fuerza Pública: comandantes de Policía, Ejército, Armada, entre otros», reseñan medios colombianos, un proceder que fue cuestionado, entre otros, por el representante antioqueño Jorge Alberto Gómez Gallego, quien acusó a Holmes Trujillo de pretender desviar la atención del debate hacia miembros de la fuerza pública.
«Este debate no es contra la cúpula militar, este debate no es contra los generales, los coroneles, este debate es contra el ministro, contra el Gobierno, que desarrolla una política de violación y de burla hasta nuestras normas constitucionales y legales», señaló.
De su lado, la representante del grupo político Colombia Humana, Ángela María Robledo Gómez, aseguró que el titular de la cartera de Defensa había asumido el dictamen de la Corte de una manera «arrogante, soberbia y negligente» y lo calificó como «el ministro de la infamia».
Inti Raúl Asprilla, representante por Bogotá, tildó al Gobierno de Duque de «dictablanda» y cuestionó que su conducta sugería un apoyo tácito a las violaciones de derechos humanos cometidas por el ESMAD en las manifestaciones de noviembre de 2019.
«Yo no logro entender, ministro, cómo una persona que hizo parte del proceso constituyente, pisotea de esa manera la Constitución. ¿Sabe qué es el perdón, señor ministro? El perdón demostraría que usted lamenta sinceramente los asesinatos cometidos por la fuerza pública y que si bien usted no los cometió, y que si bien usted no tiene una responsabilidad penal por eso, usted lamenta lo que ocurrió y desea que no vuelva a ocurrir. Usted no lo hace», increpó Asprilla.
Juan Carlos Losada Vargas, otro de los representantes por la ciudad de Bogotá, hizo énfasis en la reaparición de las masacres durante la gestión de Holmes Trujillo e indicó que 42 de ellas –que incluyen el homicidio de 19 niños y niñas, así como de 12 mujeres– ya fueron verificadas por la Oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, mientras que 13 más están en proceso de verificación.
En el mismo orden de ideas, Mauricio Andrés Toro Orjuela, representante de Bogotá-Alianza Verde, señaló que a poco menos de cuatro años de celebrarse la firma del Acuerdo de Paz, han sido asesinados desde entonces «mil líderes sociales», lo que implica el asesinato de uno de ellos cada dos días.
El representante del departamento de Antioquia, León Fredy Muñoz Lopera (Representante Antioquia), preguntó al ministro en relación con las violaciones de derechos humanos cometidas por la fuerza pública el 9 y el 10 de septiembre del año en curso y le acusó de revictimizar a las víctimas.
«¿Quién dio la orden para asesinar a 14 personas el 9 y el 10 de septiembre en la ciudad de Bogotá y en otras ciudades, y quién dio la orden, además, para dispararle a más de 70 personas con arma de fuego? Y todavía, señor ministro, usted no ha dicho quién está dando la orden.
Por la lista de los Decentes, María José Pizarro dijo que la actitud de Holmes Trujillo producía un miedo y una desconfianza «cada vez más irreparable por parte de la sociedad colombiana hacia las instituciones» que él tiene a cargo, que hoy «tienen que cargar hoy con el lastre de su negacionismo, de su negligencia».
Esta congresista opinó que la presencia de Holmes en la cartera de Defensa «definitivamente no contribuye en nada» para que estas instituciones «puedan recobrar su legitimidad» y menos para que la ciudadanía recupere la confianza en las fuerzas de orden público que, se supone, debían protegerla.
David Racero Mayorca, perteneciente al mismo grupo político que Pizarro, sindicó al gobierno de Duque de volver «trizas la seguridad de Colombia» en su empeño de «pretender hacer trizas la paz».
La «defensa» de Holmes Trujillo
El ministro de Defensa intentó salir al paso de los muchos cuestionamientos y acusaciones que se profirieron en su contra y en contra del gobierno de Iván Duque, negando que este actuara fuera del marco democrático.
«Respecto al asunto de gran controversia, que si yo pedí perdón o no: sí lo pedí. Fue producto de lo más profundo de mi conciencia, fue espontáneo, nadie me lo ordenó. Lo hice convencido de que tenía que hacerlo, a la luz de las circunstancias que estábamos viviendo y padeciendo ese día. Lo hice de manera atemporal y sin mencionar nombres, porque no me corresponde a mí ni absolver ni condenar a nadie», dijo.
Sin embargo, aseveró que su apoyo a la fuerza pública era «claro», «de frente», «contundente» y no admitía dudas, por lo cual había que cuidar, defender y fortalecer al ESMAD.
Obviando el término «violaciones a los derechos humanos», afirmó que «si uno cualquiera de sus miembros viola la ley, desconoce el reglamento, hace caso omiso del protocolo, tiene que ser sometido a los procedimientos existentes, para efecto de que se analicen las circunstancias de modo, tiempo y lugar, y la autoridad competente tome la determinación que corresponde».
La Corte Suprema de Colombia ordenó a Holmes Trujillo a disculparse por las actuaciones del ESMAD en las protestas de noviembre, que derivaron en el asesinato de Dilan Cruz, un estudiante de bachillerato de 18 años que participaba en una protesta pacífica en Bogotá.
Aunque Holmes Trujillo aseveró que le había dolido «mucho» la muerte de Dilan y calificó el evento como «una tragedia», se negó a reconocer que el funcionario del ESMAD que accionó el arma contra el joven había cometido un homicidio.
«Me dolió lo que sintió su familia, me dolió lo que sintieron sus amigos, me dolió ver todo lo que se generó a partir de su memoria, porque, francamente, es muy doloroso ver cómo muere un joven colombiano, pero ese dolor de ninguna manera podría llevar a nadie a calificar como homicidio la conducta de ese hombre del ESMAD», dijo para justificarse y seguidamente reiteró las disculpas «por los excesos de la fuerza pública, en especial los cometidos por los Escuadrones Móviles Antidisturbios de la Policía Nacional, ESMAD, durante las protestas desarrolladas en el país, a partir del 21 de noviembre de 2019».
(LaIguana.TV)