El pasado sábado 6 de febrero, el presidente electo de Estados Unidos (EEUU) Joe Biden, suspendió la construcción del muro fronterizo con México y tomó otras medidas migratorias, dando así un giro a las políticas radicales y violatorias de los derechos humanos, que había aprobado su predecesor Donald Trump.
En la orden ejecutiva firmada por Biden, apostó por “abordar las causas de la migración, gestionar la migración en la región y proporcionar un procesamiento seguro y ordenado sobre los solicitantes de asilo en la frontera”, señaló EFE.
Biden al frenar el muro que fue una promesa política de Trump, pese a que fue un proyecto millonario en su claro rechazo a los latinos; busca crear un grupo de trabajo para reunificar a los menores de edad, quienes fueron separados de sus padres tras cruzar la frontera, durante la administración pasada.
“Dio instrucciones para revisar el programa Protocolos de Protección a Migrantes, también conocido como Quédate en México, por el cual más de 60 mil solicitantes de asilo fueron devueltos a ese país para esperar por su proceso. También busca naturalizar a 9 millones de inmigrantes”, aseguró la fuente.
El secretario de Estado, Antony Blinken, explicó que estas acciones no significan que la frontera de Estados Unidos tenga luz verde o esté abierta en tiempo de pandemia, sino que el gobierno de Biden cree que hay «formas más adecuadas de trabajar» con El Salvador, Guatemala y Honduras para gestionar la migración en toda la región.
(LaIguana.TV)