lunes, 21 / 04 / 2025
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El secreto mejor guardado de la CIA: El espionaje masivo que duró hasta 2018

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El filósofo venezolano Miguel Ángel Pérez Pirela explicó que cuando se alude a eventos acaecidos en fechas como 2002, 2009 o incluso 2016, se está haciendo referencia a un pasado remoto que poco tiene que ver con el aquí y el ahora.

Sin embargo, para despecho de quienes se apoyan en esa tesis, refirió que en 2020, durante el confinamiento más severo por la pandemia de COVID-19, el diario estadounidense The Washington Post destapó el mayor escándalo de espionaje de la CIA, que junto con el Servicio Federal de Inteligencia de la entonces Alemania Federal, «leyó durante décadas las comunicaciones cifradas de aliados y adversarios».

En ese sentido, detalló que en estas revelaciones quedó claro que la agencia llevó a cabo este espionaje a través de Crypto AG, compañía suiza que tras construir máquinas de comunicaciones en la Segunda Guerra Mundial, pasó a prestar servicios a la CIA y a más de 120 países, incluyendo Irán, India, Pakistán, El Vaticano y algunos países de América Latina.

Pero lo que no sabían esos clientes es que Crypto AG era propiedad de la CIA y del Servicio Federal de Inteligencia de Alemania Occidental –acaso uno de los secretos mejor guardados de la Guerra Fría, aseveró el Post– y manipuló los dispositivos para escuchar las comunicaciones más secretas de 120 países.

De acuerdo con el diario, la CIA consideraba este secreto como su jugada maestra, pues los gobiernos extranjeros estaban pagando un buen dinero a Estados Unidos y Alemania Occidental para que sus comunicaciones más secretas fueran leídas por al menos dos –y probablemente hasta cinco o seis países– extranjeros.

Específicamente, desde la década de 1970 se aplicaba un minucioso espionaje de las comunicaciones de sus clientes, si bien el Servicio de Inteligencia alemán abandonó el procedimiento a inicio de 1990, al considerar que implicaba demasiados riesgos.

En contraste, la investigación comprobó que la CIA continuó con el espionaje hasta 2018, año en el que la agencia vendió sus acciones de Crypto AG, puesto que su importancia en el mercado de la seguridad cibernética era mucho menor que al que tuvo en los tiempos de la Guerra Fría.

«En cada uno de los momentos en los que esas informaciones hicieron tanto ruido, el resultado fue siempre el mismo: no pasó nada. O, en todo caso, las consecuencias no fueron de la magnitud de los crímenes evidenciados», reflexionó Pérez Pirela.

A su juicio, esto sucede porque los principales medios de comunicación informan sobre determinados asuntos durante un tiempo muy breve –con Wikileaks o los ‘Panama Papers’, los medios internacionales terminaron silenciando estos graves asuntos–, salvo que estén pagados por alguien para hacer lo opuesto, como sucede en el caso de Venezuela, donde se ha demostrado, como denunciara la vicepresidenta Delcy Rodríguez, que se pagó a empresas para que construyeran matrices de opinión antigubernamentales, usando millones de tuits.

(LaIguana.TV)

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