A propósito de la más reciente cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac) celebrada en México el pasado fin de semana, el filósofo y comunicador Miguel Ángel Pérez Pirela disertó en su programa Desde Donde Sea transmitido este martes 21 de septiembre, acerca de los principales acontecimientos ocurridos en la reunión, muchos de los cuales no recibieron la debida atención mediática.
El experto es de la opinión que esta iniciativa, que vio luz cuando muchos países estaban dirigidos por líderes populares, progresistas, se compadece con una postura integracionista que bebe del ideal bolivariano.
Sin embargo, advirtió que cada una de estas tentativas ha sido contestada con procesos de desintegración, como el que avanzaran los gobiernos derechistas que se sucedieron en Argentina, Brasil, Ecuador o Chile, además de Colombia.
Pérez Pirela refirió que tras cinco años sin concretar reuniones del más alto nivel, el pasado fin de semana se realizó en México la IV Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac).
Recordó, asimismo, que la iniciativa fue impulsada en 2010 por el entonces presidente venezolano, Hugo Chávez, para avanzar en la integración regional sin la influencia de Estados Unidos y Canadá.
Además, precisó que la sustitución de la Organización de Estados Americanos (OEA), promovida en esta ocasión por el mandatario anfitrión, Andrés Manuel López Obrador, fue acaso el punto más polémico del encuentro.
El analista subrayó que trata de la reaparición en la esfera pública de una política que en su día trataron de consolidar en su momento líderes como Chávez, Raúl Castro, Evo Morales, Lula da Silva, Rafael Correa y Néstor Kirchner, que coincide con un momento de alto cuestionamiento al sistema interamericano.
Matizó, que a pesar de esto, la OEA sigue contando con acérrimos defensores como Iván Duque en Colombia, Luis Lacalle Pou en Uruguay, Mario Abdo Benítez en Paraguay, Jair Bolsonaro en Brasil o Guillermo Lasso en Ecuador, sin que ello implique, salvo en el caso de Bolsonaro, un rechazo a la Celac.
«No cabe la menor duda de que la OEA pasó todos los límites en injerencia y desestabilización», apuntó.
En su criterio, nunca antes había sido tan notoria la animadversión de tantos mandatarios contra la OEA y justo por esa razón, en el encuentro se produjeron enconados debates.
Lacalle Pou y Abdo Benítez versus Maduro y Díaz-Canel
A este respecto, el también director de La Iguana.TV mencionó que la primera diatriba la protagonizó el derechista Lacalle Pou, quien arremetió contra los gobiernos de Venezuela, Cuba y Nicaragua, a los que acusó de no tener una democracia plena, reprimir a manifestantes, encarcelar opositores y violentar los derechos humanos.
Empero, indicó que el doble rasero que pretendió aplicar Uruguay fue rápidamente develado por el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, quien no perdió la ocasión de mostrar nuevamente los efectos del bloqueo que padece la isla desde hace más de seis décadas.
Añadió que Díaz-Canel invitó a su homólogo a «escuchar a su pueblo», que repudió masivamente una ley neoliberal promovida y aprobada en su gestión con la que se echan por borda importantes avances y garantías socioeconómicas.
Regresando a Lacalle Pou señaló no desaprovechó el escenario para subrayar que si bien su país participaba de buen agrado en el foro regional, ello no debería interpretarse como un aval para la desaparición de la OEA e insistió en la necesidad de conservarla, más allá de las críticas que pudieran formularse en su contra.
Desde el punto de vista de Pérez Pirela, Uruguay y Paraguay fueron con una agenda de provocación, con la que se pretendió desviar la atención del más importante tema del encuentro: enterrar a la OEA.
Empero, resaltó el analista político, la defensa a ultranza de la OEA de Lacalle Pou nuevamente derivó en una respuesta categórica de parte Díaz-Canel, quien hizo una enumeración de algunas de las tropelías cometidas por el organismo.
Así, subrayó, en la cruenta lista, el Jefe de Estado cubano recordó el permanente respaldo de la OEA a golpes de Estado, bloqueos, sanciones, dictaduras militares y violaciones a los derechos humanos en América Latina durante sus más de siete décadas de existencia.
«La OEA ha escrito las peores páginas de la injerencia y de la desestabilización en América Latina», agregó Pérez Pirela.
A su parecer, que se haya puesto en negro sobre blanco «la actuación nefasta de la OEA» como lo hizo Díaz-Canel, pone de manifiesto cuál fue el tema central de la reunión de la Celac.
Pasando a otro punto, comentó que otro de los asuntos que generó tensión en los sectores más conservadores, fue la inesperada presencia del presidente venezolano en la cumbre.
Según algunos analistas, explicó, esto se debe a un compromiso serio por parte de López Obrador para deslastrarse de la tutela de Washington en materia política exterior y dar un nuevo aire a la Celac.
No obstante, el comunicador destacó a pesar del esfuerzo mediático para hacer de Maduro un foco de la discordia, solamente dos gobiernos de los 32 que conforman el bloque regional manifestaron abiertamente su descontento por la presencia de su par venezolano en el encuentro: Colombia y Paraguay.
Incluso, refirió que el gobierno de Duque se atrevió a enviar un comunicado en el que expresó «su rechazo a la participación de Maduro en la VI Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac».
El atrevimiento fue contestado oportunamente por la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, que también acudió a la cita como parte de la delegación del Gobierno Bolivariano.
En ese orden, recordó que Rodríguez respondió a Duque en Twitter, acusándole de huir del foro y echándole en cara el fracaso de su estrategia guerrerista.
Por otro lado, relató que en el caso de Paraguay fue el propio Jefe de Estado, Mario Abdo Benítez, quien expresó su malestar, al tiempo que advirtió que su concurrencia en la Cumbre no implicaba el reconocimiento del gobierno de Venezuela.
A este respecto, puntualizó que desde 2019, Abdo Benítez insiste en la tentativa de reconocer a Juan Guaidó como «presidente interino de Venezuela», no solo por afinidades ideológicas sino también financieras, pues Petroparaguay mantiene una deuda con Petróleos de Venezuela en el orden de los 360 millones de dólares, que su administración intentó renegociar con el pseudogobierno de usurpación.
Para sustentar su aseveración, recordó que el diario estadounidense The Washington Post reveló a inicios de enero de 2021 que agentes de Guaidó, entre ellos un abogado ligado a la familia de Abdo Benítez, conspiraron para reducir la deuda a la mitad y dejar sin efecto los intereses de mora, a cambio de una cantidad no especificada de dinero en efectivo.
Juan Ernesto Villamayor, entonces Jefe de Gabinete de Paraguay, reconoció la pretensión fraudulenta en una entrevista concedida a los medios antes de ser interpelado por el Congreso a finales de enero de 2021 y la justificó con el alegato de que el acuerdo ilegal habría ahorrado a su país unos 150 millones de dólares, sintetizó.
Por Venezuela, indicó que la vicepresidenta dejó claro que el asunto no es agua pasada y conminó a Paraguay a cancelar la deuda, que fue contraída durante el gobierno de depuesto presidente Fernando Lugo (2008-2012).
Además, el filósofo apuntó que el presidente Nicolás Maduro retó a Abdo Benítez, Lacalle Pou y a cualquier otro mandatario a debatir «de democracia, de libertades, de resistencia, de revolución y de lo que haya que debatir» en un clima de respeto mutuo.
El mandatario venezolano abogó por no ideologizar las relaciones diplomáticas, una lección que, comentó, recibió del expresidente Hugo Chávez durante el tiempo que ejerció como su canciller.
Brasil, el gran ausente
Si bien en el juicio de Miguel Ángel Pérez Pirela la recién concluida cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac se puede calificar como un éxito en virtud de la calidad de los acuerdos alcanzados, la ausencia de Brasil fue una nota discordante.
Para poner en contexto, refirió que el 17 de enero de 2020, el gobierno de Jair Bolsonaro anunció que su país se retiraba del organismo por considerar que «no tenía resultados en la defensa de la democracia o en cualquier área», al tiempo que daba, según aseguró, «protagonismo a regímenes no democráticos como los de Venezuela, Nicaragua o Cuba».
Pérez Pirela apuntó que Maduro lamentó la ausencia de Brasil del espacio de integración por causa de las políticas de Bolsonaro y recordó el papel decisivo del expresidente «Lula» da Silva en la concreción de la Celac.
La OEA de Almagro, crónica de una debacle
Seguidamente, Pérez Pirela entró en el tema central debatido durante la Celac: el destino de la OEA, que bajo la conducción del uruguayo Luis Almagro vive uno de sus momentos más oscuros.
Sobre este punto indicó que durante su gestión al frente del organismo, que inició en 2015, Almagro ha seguido fielmente los dictámenes de la Casa Blanca y ha hecho de Venezuela, Cuba –que fue expulsada de la OEA en 1962– Nicaragua y Bolivia, el centro de críticas y acciones injerencistas.
Resaltó en ese sentido que en estos años han sido constantes su respaldo a operaciones sediciosas en Venezuela y la promoción de un enjuiciamiento de sus autoridades en la Corte Penal Internacional por presuntas violaciones a los derechos humanos.
El descrédito de la OEA es tal que incluso John Bolton, exasesor de Seguridad Nacional del gobierno estadounidense, admitió en 2020 que «la Organización de Estados Americanos (OEA), es una de las organizaciones internacionales más moribundas que existen (y eso ya es bastante decir). Fue revivida para ayudar a Guaidó», comentó el experto.
En contraste, Almagro ha callado ante eventos gravísimos como la comisión de un fraude electoral en Honduras o la represión desatada contra manifestantes en Chile, Colombia o la Argentina de Mauricio Macri.
Pero, en su opinión, la gota que derramó el vaso fue la comprobada promoción y participación de la OEA en el golpe de Estado contra el presidente Evo Morales en Bolivia, pretendidamente justificado a través de un informe en el que se denunciaba un inexistente fraude electoral, así como el subsecuente respaldo al gobierno de facto de Jeanine Áñez.
Sin embargo, indicó, a pesar de las pruebas que muestran que el mentado fraude nunca existió y que las acciones de la OEA en Bolivia derivaron masacres y persecuciones contra los partidarios de Morales, Almagro no se ha retractado e insiste en la imposible tesis.
¿Reemplazará la Celac a la OEA?
Estos cuestionamientos inducen, bajo el punto de vista del analista político venezolano, a preguntarse si la Celac reemplazará la OEA.
En este sentido, recordó que en ocasión de la Cumbre de Cancilleres de la Celac que se celebró en México el pasado 24 de julio, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, hizo uso de su condición de anfitrión para solicitar el reemplazo de la OEA «por un organismo verdaderamente autónomo, no lacayo de nadie sino mediador, a petición y aceptación de las partes en conflicto».
En su intervención, AMLO enfatizó que ya era tiempo de decir «adiós» a «las imposiciones, las injerencias, las sanciones, las exclusiones y los bloqueos» y de sustituirlos por «los principios de no intervención, autodeterminación de los pueblos y solución pacífica de las controversias», relató Pérez Pirela.
Precisó, asimismo, que en el marco de la cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Celac celebrada el pasado fin de semana, el actual mandatario boliviano, Luis Arce, descargó contra la OEA y sus prácticas injerencistas.
Arce tildó a la OEA de «organismo obsoleto e ineficaz», que lejos de contribuir a la resolución pacífica de controversias entre los Estados, las genera.
Por su lado, apuntó el comunicador, el presidente Nicolás Maduro apuntó que la OEA «tiene una falla de origen»: sustentarse en la Doctrina Monroe, que es partidaria de asumir a América Latina como un territorio en el que Estados Unidos puede imponer la agenda, definida siempre en función de sus propios intereses.
Pérez Pirela refirió que las aseveraciones del mandatario están plenamente comprobadas, pues desde su propia conformación, en 1947, la Agencia Central de Inteligencia (CIA) impuso a la naciente institución la obligación de defender los intereses de Washington en la región, frenar el avance del comunismo e impedir la influencia de la Unión Soviética.
Maduro, por su parte, propuso la constitución de la Secretaría General de la Celac, con la idea de que se encargara de llevar adelante la construcción de una integración de América Latina y el Caribe basada en «el bolivarianismo, el latinoamericanismo» y «el unionismo», doctrinas que opuso al «monroísmo» que rige a la OEA, sostuvo el analista.
En su criterio, la OEA surgió en el contexto de la Guerra Fría y por eso, desde sus cimientos se ha planteado la defensa de los intereses estadounidenses.
No obstante, el experto refirió que los cuestionamientos a la OEA empezaron en la década de 1960. Así, relató, durante largos años, la solitaria voz del líder cubano Fidel Castro denunció su lamentable actuación contra Cuba y su silencio cómplice frente a las sangrientas dictaduras que azotaron a la mayor parte de los países de la región durante la segunda mitad del siglo XX.
Además, con el advenimiento del siglo XXI y especialmente en América del Sur, la correlación de fuerzas políticas cambió y durante cerca de una década, gobernantes de izquierda dieron varios pasos al frente y adelantaron iniciativas como la Unasur y el ALBA.
Tras la derrota del Tratado de Libre Comercio para las Américas (ALCA) en Mar del Plata en 2005, continuó, Estados Unidos también movió ficha y avanzó sus propias alternativas, entre las destacan el Grupo de Lima, pieza fundamental para atacar a Venezuela y a su gobierno, así como Prosur, creada en 2019 a instancias de Chile y Colombia para reemplazar la Unasur.
Seguidamente, Pérez Pirela recuperó los testimonios que algunos expertos ofrecieron a la cadena alemana DW para un trabajo periodístico sobre este polémico tema:
Para Darío Salinas, miembro del comité directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso),capítulo México, las condiciones están dadas para sustituir la OEA por un organismo de integración que responda a los intereses de los países de América Latina.
Patricio Zamorano, director de la ONG Council on Hemispheric Affairs, COHA, también estaría de acuerdo con decir adiós a la OEA, debido a su incapacidad para propiciar el diálogo igualitario entre sus Estados miembros.
Michael Shifter, presidente del ‘think-tank’ estadounidense Dialogo Interamericano, los propios países son responsables de la equívoca trayectoria que ha seguido su integración, por lo que las instituciones del Sistema Interamericano son fundamentales para la «defensa de los derechos humanos y la democracia».
Salutación de China a la reunión de la Celac
Para Pérez Pirela, la guinda del pastel en el encuentro de la Celac la puso el presidente chino Xi Jinping, quien compartió públicamente una salutación a la Celac.
Desde su óptica, esta es una cachetada a los injerencismos estadounidenses en la región, al tiempo que reafirma el incremento de la ascendencia de China en Latinoamérica y el Caribe.
Por ello mencionó que en su exposición, el mandatario dio cuenta de la creciente influencia de China en la región, que en términos prácticos se traduce en un debilitamiento de la de Estados Unidos, principal socio comercial y referente político de la mayoría de los países latinoamericanos y del Caribe.
Xi aseguró que «China apoya los esfuerzos de la Celac por coordinar a los países de la región a desarrollar sus desafíos» y recordó que en julio de 2014, su gobierno y todos sus pares de América Latina y el Caribe acordaron establecer un Foro conjunto entre China y la Celac, con lo que se abrió «una nueva vía para la cooperación».
En contraste, subrayó que aunque López Obrador aseguró que Estados Unidos y Canadá estarían «atentos» al curso de los acuerdos alcanzados en la Celac, hasta el momento ningún portavoz de Joe Biden o Justin Trudeau se ha pronunciado sobre el tema.
Tampoco lo hizo la Unión Europea ni ningún país europeo en particular, ello a pesar de que el presidente del Consejo de Europa asistió como invitado.
El ridículo de Juan Guaidó por opinar sobre la presencia de Cuba y Venezuela en la Celac
Dejando atrás lo que denominó «la parte seria» de la reunión de la Celac, aludió al ridículo que hiciera Juan Guaidó al insistir en su carácter de «presidente» de Venezuela –sin ser, obviamente, convocado a la cita– e intentar sacar réditos políticos a partir de la presencia de los presidentes de Venezuela y Cuba en la cumbre de la Celac.
A modo de referencia, indicó que en su cuenta de Twitter, Guaidó calificó a Maduro y a Díaz-Canel de dictadores y aludió a un inexistente «grito de la democracia y libertad» por parte de los mandatarios de la región.
No obstante, en su juicio, Guaidó recibió otra derrota política en México, pues pese a los intentos de Iván Duque, Luis Lacalle Pou y Mario Abdo Benítez por deslegitimar a los gobiernos venezolano y cubano, su reacción fue minoritaria, aislada y sin dudas, enérgicamente respondida por los interpelados.
Adicionalmente, otros países como Perú, que en los últimos años jugaron un rol estelar en los intentos regionales para deponer al presidente Nicolás Maduro, al albergar al Grupo de Lima, hoy muestran otra posición.
Como muestra de lo anterior, comentó el presidente de Perú, Pedro Castillo, aseguró que su país sostendrá relaciones diplomáticas con todos los países de América Latina y del mundo sin discriminación.
«Nuestro país sostiene y sostendrá relaciones diplomáticas con todos los países de América Latina y el mundo sin ninguna discriminación (…) es el momento de pasar de los discursos a la acción. Unidos todos, desunidos nada», dijo, citando a Castillo, antes de dar paso a los comentarios de la audiencia.
(LaIguana.TV)