Elliot Abrams, quien ejerció como representante especial de la administración Trump para Venezuela e Irán, reveló en una entrevista reciente concedida a EVTV, televisora manejada por venezolanos opositores radicados en Miami, que no era verdad que Estados Unidos contempló seriamente intervenir militarmente en Venezuela para derrocar al presidente Nicolás Maduro e imponer un régimen afín a sus intereses, sino que se trató de una mentira del exmandatario.
«Trump demostró que era muy cuidadoso con el uso de la fuerza. Estaba tratando de regresar a las tropas de Irak y Afganistán y, en algún punto, tomó la decisión de no usar la fuerza en Venezuela«, confesó Abrams, quien forma parte de los sectores más conservadores de la política estadounidense, conocidos como «halcones».
En su opinión, la decisión de no avanzar militarmente contra Venezuela no fue tanto al departamento de Estado como a los propios generales. Según el exfuncionario, le habrían argumentado a Trump que tenían frentes abiertos en Irak y Afganistán, que habían emprendido operaciones como el asesinato del general Qassem Soleimani y que se enfrentaban a una supuesta amenaza china.
En virtud de esto, los altos mandos castrenses habrían desaconsejado al expresidente que iniciara una guerra en América Latina. «Mira, Venezuela es un país de 35 millones (…), pero no es Granada, entonces tardaría semanas hacerlo, (…) los militares no estaban de acuerdo en hacerlo», aseguró en su conversación con el medio miamense.
En un análisis para la cadena RT, el sociólogo Ociel Alí López sostiene que «con una revelación como la anterior, se comprueba que lo que hubo fue un engaño general a toda la oposición haciéndoles creer que una invasión militar estadounidense era inminente, cuando no era una opción real de los militares».
Esta mentira tuvo, a su parecer, importantes consecuencias dentro de la política local, toda vez que bajo la falsa idea de que «todas las cartas están sobre la mesa», el liderazgo opositor se encerró en «el abstencionismo» y abandonó la idea de competir en los comicios contra Nicolás Maduro en 2018 y, de allí en adelante, acabó por perder «todo el terreno que había ganado».
¿Abrams paladín del diálogo?
López apunta que Abrams, quien concedió la entrevista desde su casa, pretendió presentarse como un adalid de las negociaciones entre el gobierno y la oposición radical, pese a las múltiples muestras de lo contrario que exhibió durante su permanencia en el Gobierno de Trump, del que era una de las voces más prominentes.
En esta tentativa, Abrams contó que en el «invierno de 2019» él y el exasesor de Seguridad Nacional John Bolton tuvieron un desencuentro en relación con los intentos de Noruega por facilitar un encuentro entre las partes. «Yo decía que sí y él decía que no, y el resultado fue que no hicimos nada. (…) Yo pensaba que las negociaciones eran una vía útil», aseveró.
Siempre, según su testimonio, Bolton habría visto en las negociaciones «una demostración de debilidad» por parte de la oposición que se agrupaba en torno a Guaidó.
«Después de estas revelaciones, se entiende que los que desmontaron la apuesta electoral en las presidenciales de 2018 vivían de un espejismo. Estuvieron engañados en sus proyecciones y así provocaron una insurrección durante 2019 que dejó un saldo de centenares de presos y decenas de muertos y que atendía a un espejismo electoral de Trump, que vio a Venezuela como una buena oferta electoral a los latinos de Miami para ganar Florida, como finalmente la ganó, aunque perdiendo las elecciones de su país», reflexiona López.
De vuelta al presente, el «halcón» está convencido de que «no habrá rescate de Washington», por lo que a este sector no le queda otro remedio que «reanimar la vía política», diálogo y elecciones incluidos, porque la otra opción sería «sentarse a esperar»; en su juicio, «un error».
«En la oposición hicieron una evaluación de que no tienen manera de remover a Maduro del poder por ahora y, además, que la mayoría de la oposición activa quiere participar y postularse para un cargo», reconoció. Por tal motivo, estima que integrarse a la nueva ronda de negociaciones que se desarrolla en México es «lo mejor que pueden hacer».
Guaidó, agua pasada; Leopoldo López, ¿agua nueva?
A pesar de que Abrams defendió a capa y espada la probidad de Juan Guaidó y de reiterar que Washington tramó y ejecutó un plan para deponer a Maduro e instalar un gobierno de transición, se refirió a él en pasado y aseguró que el así llamado ‘interinato’ «finalmente» desaparecerá.
«Nosotros respetábamos a Guaidó como presidente interino e hicimos un plan de transición estadounidense que planteaba un gobierno de coalición, amnistía, una representación de los militares en ese gobierno de coalición», refirió, en ese orden, el exalto cargo estadounidense.
De otra parte, Abrams considera que la presión de la Casa Blanca sobre Venezuela está disminuyendo porque en los ocho meses que tiene la administración Biden, ni el mandatario, ni su secretario de Estado, Antony Blinken han hablado de Venezuela
Además, precisó, eliminaron la figura del representante especial y cerraron varias oficinas que el Gobierno de Trump había destinado a los asuntos venezolanos, aunque, en su criterio, esto podría deberse a que los esfuerzos de Washington están ahora mismo concentrados en Afganistán.
El exrepresentante, conocedor de que su audiencia estaba principalmente compuesta por venezolanos identificados con la oposición extremista, no ocultó su favoritismo apara posicionar otro liderazgo en detrimento de Guaidó: Leopoldo López.
En favor de esta tesis, argumenta Ociel López, Elliot Abrams dijo que Henrique Capriles y el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, recibieron una derrota política en la mesa de diálogo de México porque el jefe de la delegación opositora, Gerardo Blyde, representa los intereses de Guaidó, que en realidad son los de López.
(LaIguana.TV)