El apoyo al premier británico, Boris Johnson, y a su gobernante Partido Conservador cae en picado tras una serie de escándalos, y la mayoría de los votantes piensa que debería dimitir.
La encuesta realizada por Opinium para el periódico Observer encontró que el apoyo a los conservadores, que han mantenido una sólida ventaja en las encuestas desde que obtuvieron una victoria aplastante en las elecciones de 2019, había caído cuatro puntos hasta el 32%, mientras que el respaldo al Partido Laborista de la oposición aumentó hasta el 41%, su mayor ventaja desde 2014.
Según el sondeo publicado el sábado las valoraciones personales de Johnson también estaban en su punto más bajo desde las elecciones, con su índice de aprobación en un -35%, 14 puntos menos que hace dos semanas. La encuesta también mostraba que el 57% de los votantes pensaba que debía dimitir, frente al 48% de hace dos semanas.
Según los comentaristas políticos, cada vez se habla más de la insatisfacción con el liderazgo de Johnson entre los legisladores conservadores, y se espera que decenas de ellos voten la próxima semana contra su plan de nuevas medidas para combatir la propagación de la variante Omicrón del coronavirus.
“Los resultados de nuestra última encuesta son ciertamente dramáticos, con una caída devastadora tanto del apoyo a los conservadores como de la aprobación del primer ministro”, dijo Adam Drummond, Jefe de Encuestas Políticas de Opinium.
Advirtió que Johnson era el “rey de las remontadas”, que ya se había recuperado de situaciones difíciles en las encuestas. “Sin embargo, a menos que los conservadores puedan dar la vuelta a estos números rápidamente, los miembros de la bancada podrían empezar a preguntarse si el partido se ha acabado para el primer ministro”, precisó.
En las últimas semanas, Johnson se ha enfrentado a críticas en varios frentes, desde la financiación de la reforma de su piso de Downing Street hasta la afirmación de que intervino para garantizar la evacuación de los animales domésticos de Kabul durante la caótica retirada occidental en agosto.
Lo más perjudicial han sido las informaciones sobre la celebración de una fiesta en Downing Street durante un cierre navideño en 2020, cuando tales festejos estaban prohibidos, y en un vídeo publicado esta semana se puede observar al personal riéndose y bromeando al respecto.
Johnson ha insistido en negar que hubo una fiesta en Downing Street y dice que no se infringió ninguna norma, pero se ha ampliado una investigación sobre el informe para examinar otros supuestos hechos, mientras que muchos británicos creen que Johnson no dijo la verdad.
Ante el nuevo escándalo, el premier británico enfrenta llamadas a renunciar por parte de la oposición. Además, diputados de su propio partido le han pedido que dimita si se demuestra que engañó al Parlamento sobre estos eventos.
(HispanTV)