Carlos Fernández, presidente de Fedecámaras, aseguró este lunes 13 de diciembre que el consumo privado se recuperó unos siete puntos porcentuales en relación con 2020, principalmente a costa del consumo de alimentos, medicinas, cuidado personal y servicios profesionales.
En entrevista con la cadena Unión Radio, Fernández explicó que estas cifras alcistas encuentran su explicación en la dolarización de facto de la economía, lo que trajo consigo la recuperación del crédito comercial, si bien esta mejora aún «está lejos de la capacidad instalada existente en el país».
El representante de la patronal puntualizó que prefiere hablar «de recuperación y no de crecimiento», pues esto último solamente será posible cuando la economía venezolana recupere su tamaño –unos 300.000 millones de dólares–, cifra aún muy superior a los 50.000 millones de dólares actuales.
Para fundamentar su punto de vista, el empresario aseguró que al combinar el Producto Interno Bruto (PIB) público y privado, «lo más probable» es que el año finalice en dígitos negativos, aunque no ofreció detalles o datos específicos.
En relación con el tamaño del sector privado, especificó que está compuesto por «ocho millones de ciudadanos», de los cuales cuatro millones laboran «en alguna empresa» y el resto lo hace «por su propia cuenta» en actividades asociadas al trabajo informal y precarizado, al que se refirió en términos de buhonería y emprendimientos.
Asimismo, Fernández atribuyó la recuperación de la actividad de los particulares a la acción de «los agentes económicos» y las contrastó con supuestos perjuicios que habría traído para las empresas el esquema 7+7 implementado por el Ejecutivo para frenar los contagios de COVID-19, así como con «la falta de políticas públicas que estimulen tanto la demanda como la oferta de las empresas».
Empero, pese a las autoalabanzas, el presidente de Fedecámaras admitió que «hay una enorme desigualdad entre el centro del país y el resto de las regiones».
Además, matizó que la recuperación de la actividad empresarial dista mucho de ser homogénea, pues hay sectores como el de la construcción o el industrial que no han podido disfrutar de las mieles de la actividad económica asociada al consumo personal, pues dependen en gran medida de la inversión.
«Creo que una de las principales razones –hay que hacer una cruzada con ese tema– es la falta de financiamiento (…). El círculo virtuoso del dinero se está deteniendo en los bancos por el alto anclaje legal. El dinero, al llegar a los bancos, es para convertirse en créditos para la economía y, lamentablemente, no hemos contado con créditos para la financiación», argumentó.
A este respecto, el vocero empresarial precisó que «si no hubiera sido por el efecto multiplicador del crédito comercial, las cifras hubieran sido muy distintas». No obstante, en su decir, ese efecto positivo está próximo a diluirse, pues está a punto de alcanzar su tope.
«Ya ese empuje que trajo el crédito comercial, probablemente no va a tener el mismo estímulo en el año 2022», vaticinó.
Pese a lo dicho, Fernández pronosticó que en 2022 continuará la recuperación económica, fundamentalmente por causa de tres factores: el incremento de la producción petrolera, la adaptación del sector privado al contexto pandémico y la presión que pesa sobre los agentes económicos para mejorar el ingreso medio de los trabajadores, muy por debajo de los mínimos regionales.
«Tenemos que estar atentos a la diferencia entre lo que pagan afuera y lo que pagan aquí. Tenemos que reducirla para evitar que la gente se siga yendo», concluyó.
(LaIguana.TV)